a la hamburguesa Frankenstein"
Esther Vivas
Esther Vivas, periodista y activista nos
remite uno de sus últimos artículos sobre tema alimentario. Reflexiones sobre
la realidad que nos envuelve cotidianamente. Comprender el mundo para
cambiarlo. Cambiarlo para comprenderlo reflexiona la autora.
Es también autora de diversos libros
sobre movimientos sociales y políticas agrícolas y alimentarias. Su último
trabajo es “Planeta indignado. Ocupando el futuro” (Sequitur 2012), escrito
junto a Josep Maria Antentas. En todas partes cuecen habas y aquí más…
"Del Big Mac a la hamburguesa Frankenstein
Cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo en el
mundo de la hamburguesa, una vez más la realidad nos sorprende. Si hace unos
meses, algunos medios de comunicación se hacían eco del hallazgo de una
hamburguesa de Mc Donald’s en perfecto estado de conservación catorce años
después de servirse, anteayer se difundía el lanzamiento de la hamburguesa de
laboratorio, a la que también podríamos llamar hamburguesa Frankenstein,
diseñada, al igual que el “monstruo” de Mary Shelley, entre probetas.
Una hamburguesa que lo tiene todo: su producción no
contamina, gasta poca energía, casi no utiliza suelo y, además, no contiene
grasas. Su “carne” es resultado de extraer algunas células madre del tejido
muscular del trasero de una vaca. ¿Qué más podemos pedir? Hamburguesa light.
Perfecta para el verano.
Aunque su precio no es accesible, aún, a todos los
bolsillos. Unos 248.000 euros ha sido su coste. Incluirla en el Happy Meal,
parece, llevará algún tiempo. Eso sí, nos dicen que con tal avance científico
se acabará con el hambre en el mundo. La gente quiere comer, y quiere comer
carne, pues carne les vamos a dar, parece el razonamiento de los “padres” de
dicho engendro.
Y a mí me vienen dos cuestiones a la cabeza. Primera,
¿hace falta que comamos tanta carne para alimentarnos? ¿Antes que producir más
carne, independientemente de su origen, no sería mejor fomentar otro tipo de
alimentación más sana, saludable, respetuosa con los derechos de los animales y
sostenible? Pero, ¿quién gana con este tipo de comida adicta al vacuno y al
porcino? Smithfield Foods, el mayor productor y procesador mundial de carne de
cerdo, es uno de los grandes beneficiarios. En su curriculum destaca la
violación de derechos laborales, la contaminación ambiental, etc. En el Estado
español, Smithfield Foods opera a través de Campofrío.
Segunda cuestión, ¿para acabar con el hambre es
necesaria una hamburguesa de laboratorio? Según la ONU, hoy se produce
suficiente comida para alimentar a 12 mil millones de personas, en el planeta
hay 7 mil millones, y a pesar de estas cifras casi una de cada siete personas
pasa hambre. De comida hay, lo que falta es justicia en su distribución. No se
trata de aumentar la producción, ni de engendrar hamburguesas en los
laboratorios, ni de más agricultura transgénica. Se trata, simple y llanamente,
de que exista democracia a la hora de producir y distribuir los alimentos.
Las soluciones “milagrosas” a la crisis alimentaria no existen. Los
problemas políticos, como el hambre, nunca se solucionarán con atajos
técnico-científicos. No se trata de rechazar la investigación científica. Al
contrario. Hay que fomentar una ciencia al servicio de la mayoría social, no
supeditada a los intereses comerciales ni económicos y comprometida con la
mejora de las condiciones de vida de las personas. Pero desde la revolución verde
a los Organismos Modificados Genéticamente, se nos ha prometido acabar con el
hambre. La cruda realidad, pero, señala su fracaso. Aunque, a menudo, se oculta
su gran éxito: beneficios millonarios para la industria agroalimentaria y
biotecnológica. La hamburguesa Frankenstein no será una excepción".