martes, 18 de septiembre de 2012

Sociedad Civil, recordar es volver a vivir...



Se protestó 
durante a Celebración de “El Grito” 
en Barcelona 
Los activistas mostraron mucho respeto y elegancia en sus reclamaciones






  

Este año teníamos a todas luces unas Fiestas Patrias verdaderamente únicas. Únicas por muchos y variados sentidos. Por primera vez, la celebración tenía lugar en la plaça del Marqués de la Foronda, entre las “Quatre Col·lumnes Catalanes” y los saltos de agua que bajan del MANAC, el “Museu d’Art Nacional de Catalunya”. 

A todas luces un espació que jugará un papel importante en el ocio cultural barcelonés de los próximos años. 
Quedarán pues, las fiestas en la plaça Reial, el Poble Espanyol, o la plaça de la Mercè de esta polifacética ciudad de Barcelona. 

Unas fiestas únicas también por la proximidad de la llamada “Diada Nacional de Catalunya” que tan cercanas fechas tienen con la nuestra. Los catalanes recuerdan un 11 de septiembre la caída de la ciudad de Barcelona y la pérdida de sus Derechos, Leyes y Libertades. Barcelona resistió épicamente con unos efectivos desgastados, enfermos, hambrientos, y con escasez de municiones, de 1.465 soldados i otros 3.500 efectivos de la llamada Coronela y la milicia ciudadana de voluntarios, a las fuerzas profesionales y perfectamente equipadas del general Berwick. 
Tropas muy superiores con unos efectivos de 63 batallones franceses, 15 batallones españoles y otros 10 batallones extranjeros. 

Este año La Diada fue muy reivindicativa. Una marcha multitudinaria  -que en ningún caso bajaría del millón y medio de personas -  colapsaría el tramo programado. 
Centenares de miles de personas, ante el lento avance de la marcha colapsaría también otros recorridos como la Rambla de Cataluña y calles adyacentes al del recorrido oficial. 

La proclama fue bien clara: los Catalanes quieren volver a ser Estado y un Estado en la Unión Europea. Así de claros y contundentes. Es el matrimonio joven que ya hastiados se quieren ir de casa de la suegra

El otro acontecimiento que podía marcar peculiarmente esta celebración de “El Grito” tiene su origen en las elecciones presidenciales de México y los resultados del mismo. 

En Barcelona, como en México y en tantas otras ciudades de fuera de la República Mexicana se ha seguido con suma atención el proceso electoral celebrado este año. Aquí, también se han desarrollado algunos elementos de la campaña de varios partidos, y se ha hecho sentir con fuerza y con continuidad en el tiempo el movimiento “Yo soy 132”. 

Con el cierre del proceso electoral, aquí, como en otros muchos lugares, hay colectivos que no les ha sentado nada bien la proclamación del PRI como nuevo partido gobernante. Hay, pues, gran desconfianza sobre el futuro del país en estas nuevas manos, y el sentimiento de fraude electoral todavía hoy se mantiene muy vivo en muchas personas. 
Las redes sociales iban bien llenas de activistas convocando acciones de protestas coincidiendo con la celebración oficial de “El Grito” en Barcelona… 
La consigna era gritar en respuesta a ¡Viva México! con la coletilla de “Sin el PRI”… 

Una celebración, repetimos, única, por los ecos de celebrarse en un nuevo emplazamiento, la proximidad de La Diada y los resultados de las elecciones mexicanas. 
El sábado el acto del El Grito reuniría unas 9.000 personas en el público y diversas autoridades en el escenario de la plaza. 

Allí vimos a Montserrat Martí, Directora de Relaciones Ciudadanas del Ayuntamiento de Barcelona, a Jordi Martí, Regidor de Presidencia del Ayuntamiento de Barcelona, a Xavier Bosch Director general de Inmigración de la Generalitat de Cataluña, y la Cónsul Encargada Sra. Norma Ang del Consulado General de México en Barcelona. 

Tras la presentación efectuada por el vicepresidente de la asociación organizadora Albert Torras, intervendría Xavier Bosch. Quien en su parlamento, muy argumentada, se hacía eco del sentimiento de “La Diada” pidiendo ser un Estado de La Unión Europea. Pediría a los asistentes dos cosas: Que “los mexicanos de Cataluña ayuden a este proceso” y a la señora cónsul “Que el Gobierno de México apoye a Cataluña en su proceso de Independencia”. 

A continuación hablaría Jordí Martí. Y después, se procedería al acto propio de “El Grito” sin declaraciones de ningún tipo. 

A pesar de la cara de preocupación   -recordemos que el año pasado hubo también protesta en el Puerto de Barcelona durante la celebración de “El Grito”-   esta vez y para tranquilidad de algunos el acto transcurriría con total corrección y tranquilidad. 
Solo arriba al fondo de los asistentes y muy arriba se desplegaría por parte de los activistas una enorme manta de protesta visible para todos. 
Nada de gritos. Nada de groserías. Nada de malestar. Nada de incomodar a los asistentes… 




El colectivo “Yo soy 132” defendió sus inquietudes y sus ideales ante los allí reunido con notable respeto y elegancia. 

Tras cantar el Himno Nacional, en medio del público apareció también una pancarta de protesta, que en silencio, recorrería la plaza para que esta pudiera ser bien leída, bien fotografiada y bien grabada. 
El cartel decía: “MI GRITO ES EN SILENCIO POR TODAS LAS MUERTES QUE LOS MALOS GOBIERNOS PERMITEN PERPETUAR”... 

Quince minutos más tarde, ya delante de los accesos a la plaza que acogía los eventos se desplegaría nuevamente y por unos instantes, aquella manta que recordaba la bandera de México y que se había desplegado arriba al fondo y el mosaico. A petición de quienes deseaban fotografiarla. 
Después, recogieron y se marcharon. Fue pues, la mejor protesta del Mundo. Se dejaría hacer el acto oficial sin mancillar aquello que significa. Se dejaría también al público participante disfrutar de este magnífico Evento. Y sin embargo, es innegable que también se hizo visible aquel malestar latente que existe y la preocupación por el futuro de nuestro bien Amado México. 

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