UNA MEXICANA EN DEFENSA DEL CATALÁN O LOS MIL UN AÑOS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
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Razón y Palabra
Primera Revista electrónica en Latinoamérica especializada en comunicación
Publicado en México, 10 de octubre de 2009
Primera Revista electrónica en Latinoamérica especializada en comunicación
Publicado en México, 10 de octubre de 2009
Por Susana Arroyo
Hace ya varias décadas tuve la fortuna de asistir a los seminarios del Profesor Antonio Alatorre en la Universidad Nacional Autónoma de México. Mi respeto y admiración por él crecían a medida que escuchaba sus sabias palabras y más aún al leer su más reciente libro (claro, en esa época): Los 1,001 años de la lengua española, publicado por El Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica.
Hace ya varias décadas tuve la fortuna de asistir a los seminarios del Profesor Antonio Alatorre en la Universidad Nacional Autónoma de México. Mi respeto y admiración por él crecían a medida que escuchaba sus sabias palabras y más aún al leer su más reciente libro (claro, en esa época): Los 1,001 años de la lengua española, publicado por El Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica.
Recuerdo también que tras adquirir un ejemplar de su libro en la presentación que se hiciera en las aulas de la Máxima Casa de Estudios de México, la UNAM, me dediqué a “devorar” sus páginas con fruición esperando encontrar lo que desde luego había en ellas: sabiduría, aproximaciones fonéticas y léxicas y, a cada paso, erudición histórica, profundo conocimiento de la lengua; pero lo que más llamó mi atención fue la idea de la fortaleza del idioma español desde la visión de un lingüista hispanista en México.
Ahora, después de que quien escribe estas letras estuviese realizando una investigación como parte de una estancia sabática en la Universidad Autónoma de Barcelona, hace algunos años, ha venido a mi memoria el grato recuerdo de las líneas del maestro Alatorre. Y, por supuesto, tengo el libro en mis manos en el momento de escribir este comentario.
No quisiera extenderme demasiado en mi modesta contribución, la cual espero se me permita ilustrar con algunos ejemplos. El primero de ellos tiene que ver con con el idioma español, y lo que de él dice la Constitución de España:
Artículo 3
1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.
Si observamos alguna de las “demás lenguas españolas, también oficiales” como es el caso del catalán, argumentaremos lo siguiente:
No es algo nuevo que la cultura catalana -no sólo el idioma- tenga una historia particular. Cito: La influencia francesa, visible ya a fines del siglo XI, se ejerció vigorosamente durante los dos siglos siguientes en muchos aspectos de la vida […] Muchas veces la influencia francesa se confunde con la influencia catalana: Cataluña había estado siempre más orientada hacia Europa; su arquitectura románica es muy anterior a la del resto de España (Alatorre, 1989: 110-111).
Me permito transcribir otra parte de la obra citada para tener una idea más completa de la importancia de la lengua catalana: España fue ajena al florecimiento literario latino de la Europa medieval, que tuvo su máximo esplendor en el siglo XII […] el siglo XII español se nos muestra prácticamente desnudo de obras literarias escritas en lengua vulgar (los poemas juglarescos no eran literatura escrita), mientras que la literatura en lengua vulgar era muy rica al otro lado de los Pirineos. Los dos “retrasos” españoles son resultado indirecto de la invasión musulmana. Cataluña fue la primera región peninsular en que hubo literatura, porque fue la que menos tuvo que lidiar con los moros y la que más en contacto había estado con Europa… (Ibíd., 121)(el subrayado es mío).
Siguiendo con la ejemplificación que deseo hacer sobre la historia de la lengua catalana vista desde el español, continúo: Por razones histórico-políticas Cataluña y Aragón estaban más italianizadas que Castilla […] Los primeros traductores e imitadores de la poesía de Petrarca fueron los catalanes Bernat Metge, Jordi de San Jordi y Ausias March, de la misma manera que tiempo después sería el barcelonés Juan Boscán, y no el toledano Garcilaso de la Vega, el primero que supo reproducir en castellano la música del verso italiano. La obra maestra de Boccaccio, el Decamerone, se tradujo al catalán antes que al castellano.
Tengo muchas citas más que ofrecer pero no es mi intención pecar de academicista.
De manera personal quiero decir que soy mexicana y en México se ha reformado la constitución para beneficio de las comunidades minoritarias, es decir, los indígenas, y frente a tal decisión, me siento muy orgullosa.
Ahora la Constitución mexicana dice:
Artículo 2o. La Nación Mexicana es única e indivisible. La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas. La conciencia de su identidad indígena deberá ser criterio fundamental para determinar a quiénes se aplican las disposiciones sobre pueblos indígenas.
Son comunidades integrantes de un pueblo indígena, aquellas que formen una unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres. El derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación se ejercerá en un marco constitucional de autonomía que asegure la unidad nacional. El reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas se hará en las constituciones y leyes de las entidades federativas, las que deberán tomar en cuenta, además de los principios generales establecidos en los párrafos anteriores de este artículo, criterios etnolingüísticos y de asentamiento físico.
A. Esta Constitución reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la libre determinación y, en consecuencia, a la autonomía para: […] … Preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los elementos que constituyan su cultura e identidad.
La modificación de la Constitución Mexicana ha beneficiado a casi siete millones de personas hablantes de alguna lengua nativa, consideradas así las lenguas que se hablaban antes de la llegada de los españoles, aun cuando el español es el idioma de la mayoría en el país de habla hispana más grande del mundo: 103 millones de personas. Se estima que un 97 por ciento de la población habla español y para sorpresa de muchos, la lengua española no está considerada en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos (es decir, México).
Curiosamente, la cifra de los habitantes no hispanohablantes nativos en México es comparable a la comunidad catalana. Sí, existen casi siete millones de personas en el mundo que hablan catalán y en México: casi siete millones de hablantes de una lengua diferente al español.
Y curiosamente, también, México es el país donde existe la población mayoritaria del idioma español: la cuarta parte de los hispanohablantes del mundo vive en México.
¿Acaso no es importante un idioma cualquiera que sea por el simple hecho de existir? ¿O solamente es importante porque lo hablan pocas (!) personas?
El idioma maya lacandón es hablado en la actualidad por 100 personas (sí, cien) en la sierra de Chiapas, en México. Puedo asegurar que es un idioma hermoso, tan bello o más que el español, aunque esto es una apreciación muy subjetiva.
En la península de Yucatán cerca de un millón de personas habla el idioma maya.
Por otra parte, comento que tras la movilización del ejército insurgente en el sureste del país (me refiero a México), conocido como el EZLN, se han logrado cambios sustanciales como el hecho de que tenga esa zona -así como otras poblaciones indígenas- sus propias estaciones de radio y para sorpresa de todos y personal deleite: el idioma oficial de la radiodifusora es el de la comunidad, es decir hay radiodifusoras en zapoteco, chinanteco, maya, otomí, mazahua y muchos idiomas más.
Mediante un convenio con la SCT, en 2005 se comenzó a transmitir música regional, radionovelas, avisos comunitarios, programas sobre derechos constitucionales, asesoría en salud y protección ambiental, en mazateco, náhuatl y español.
Su señal llega a decenas de poblados indígenas de la región mazateca de Oaxaca, Puebla y Veracruz, donde habitan más de 60 mil personas que en Radio Nnandia tenían el único medio de información y comunicación en su idioma. Esta red está constituida por 20 radiodifusoras en AM y 4 en FM, ubicadas en las regiones donde se asientan los grupos indígenas mayoritarios. Tiene una cobertura potencial que alcanza a cerca de la mitad de la población indígena del país (casi 7 millones de personas), empleando en su conjunto más de 30 idiomas diferentes (INI, 2000). Paradójicamente, a pesar de ser operada por un órgano del gobierno federal, esta red adopta algunas características de la radiodifusión comunitaria, tales como distintas formas y niveles de participación y un espacio considerable para la emisión de contenidos generados por y para la misma población (Vargas 1993, 1995).
Antes de terminar quisiera agregar que el nombre español es un provenzalismo! (nuevamente apelo a mi maestro Alatorre, p. 112).
Solamente he pretendido demostrar que el catalán está tan vivo como nosotros lo estamos en este momento.
A continuación copio algunos sitios de internet y el dato del libro de Alatorre.
Fins aviat!
Fins prompte!
Adeu!
Referencias:
Alatorre, Antonio. 1989. Los 1,001 años de la lengua española. 2a. ed. México: Tezontle, El Colegio de México, FCE. (1979).
Referencias:
Alatorre, Antonio. 1989. Los 1,001 años de la lengua española. 2a. ed. México: Tezontle, El Colegio de México, FCE. (1979).
http://c3fes.net/docs/radiocomunitariamex.pdf http://www.centrodeconvenciones.chiapas.gob.mx/pdfs/ConstitucionMexicana.pdf
Dra. Susana Arroyo-Furphy Investigadora, The University of Queensland, Australia.
Escritora mexicana. Reside en Australia. Es doctora en letras hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).
Fue catedrática durante 15 años del Tecnológico de Monterrey-CEM, en México; catedrática en la Facultad de Filosofía y Letras de la Unam por 13 años y profesora de cursos y seminarios de corrección de estilo en la Casa Universitaria del Libro, de la Unam, durante 10 años. Ha sido ponente en más de treinta congresos internacionales.
Ha publicado: Que nadie sepa mi sufrir. Este (no) es un libro de Semiótica (México, Porrúa, 2004), De lo que está hecha la memoria (México, Porrúa, 2001) y El Primero sueño de Sor Juana: estudio semántico y retórico (México, Unam, 1993), entre otras publicaciones. Textos suyos aparecen en las antologías La magia en tus palabras (Ediciones Andrónico, Buenos Aires, Argentina, 2007) y Escritura sin frontera (Ediciones Raíz Alternativa, Buenos Aires, Argentina, 2007), entre otras.
Coordina el Proyecto Apuc (Análisis Panhispánico de los Usos de Cortesía en algunas ciudades) con un equipo de 41 investigadores hablantes nativos de español y uno bilingüe, hablante de náhuatl, que viven en 8 países: Argentina, Australia, Bélgica, España, Estados Unidos, Suecia, Holanda y México. Escribe sobre cine y libros en la revista electrónica Razón y Palabra, y forma parte del comité editorial de la revista australiana Hontanar. Escribe cuento, novela y poesía.
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