Cátedra de derecho
Ana Bertha Pérez
Con la firme esperanza de que nos quede bien claro!!!!
Una mañana cuando nuestro nuevo
profesor de "Introducción al Derecho" entró en la clase lo primero que
hizo fue preguntarle el nombre a un alumno que estaba sentado en la
primera fila:
- ¿Cómo te llamas?
- Me llamo Juan, señor.
- ¡Vete de mi clase y no quiero que
vuelvas nunca más! - gritó el desagradable profesor.
Juan estaba
desconcertado. Cuando reaccionó se levantó torpemente, recogió sus
cosas y salió de la clase. Todos estábamos asustados e indignados
pero nadie dijo nada.
- Está bien. ¡Ahora sí! ¿Para qué
sirven las leyes?...
Seguíamos asustados pero poco a poco comenzamos a
responder a su pregunta: "Para que haya un orden en nuestra sociedad"
"¡No!" contestaba el profesor
"Para cumplirlas"
"¡No!"
"Para que
la gente mala pague por sus actos"
"¡¡No!! ¿Pero es que nadie sabrá
responder esta pregunta?!"...
"Para que haya justicia", dijo
tímidamente una chica.
"¡Por fin! Eso es... para que haya justicia.
Y ahora ¿para qué sirve la justicia?"
- Todos empezábamos a estar molestos
por esa actitud tan grosera. Sin embargo, seguíamos respondiendo:
"Para salvaguardar los derechos humanos"
"Bien, ¿qué más?", decía el
profesor.
"Para diferenciar lo que está bien de lo que está mal"...
Sigan...
"Para premiar a quien hace el bien."
- Ok, no está mal pero... respondan a
esta pregunta ¿actué correctamente al expulsar de la clase a
Juan?....
Todos nos quedamos callados, nadie respondía.
- Quiero una
respuesta decidida y unánime.
- ¡¡No!!- dijimos todos a la vez.
- ¿Podría decirse que cometí una injusticia?
- ¡Sí!
- ¿Por qué nadie hizo nada al
respecto?
¿Para qué queremos leyes y reglas si no disponemos de la
valentía para llevarlas a la práctica?
Cada uno de ustedes tiene la
obligación de actuar cuando presencia una injusticia. Todos.
¡No
vuelvan a quedarse callados nunca más! Vete a buscar a Juan- dijo
mirándome fijamente.
Aquel día recibí la lección más
práctica de mi clase de Derecho.
Cuando no defendemos nuestros
derechos, perdemos la dignidad
y la dignidad no se negocia.