Lorena Montes llevará su trabajo a Barcelona
Publicado en el Diario de la Mixteca
Sábado 02 de abril del 2011
Con la mirada extraviada, volteando hacia quien la mira, con los brazos arriba sosteniendo una flor entre sus manos Lorena Montes (1980) se mira a sí misma en la serie de autorretratos y retratos de otras mujeres de rasgos oaxaqueños, bajo el título “Oaxaca, Corazón”, que serán expuestos en ADA Art Gallery, en la ciudad de Barcelona, a partir del 8 y hasta el 21 de abril.
La oaxaqueña, graduada del Taller Rufino Tamayo, ha sido alumna de Antonio Pérez Ñiko, Hiiro Yoshida, Fernando Bellver, Francisco Castro Leñero, entre otros, pero quizá la mayor influencia estética y en el oficio sobre Montes, sea la de Juan Alcázar.
A través de la numerosa obra de Lorena Montes, óleos, acrílicos, escultura, mixtas, grabados con distintas técnicas, se pueden apreciar los colores azules y ocres característicos en la paleta de la primera generación del Taller Rufino Tamayo: Maximino Javier, Justina Fuentes, Filemón Santiago, Felipe Morales, Eddie Martínez, Arnulfo Mendoza y el propio Alcázar.
La imaginería en la obra de Montes gira entorno a la belleza femenina autóctona oaxaqueña, a escenarios idílicos en los que se mezclan las formas animales con las humanas. Un erotismo recorre la obra de esta pintora.
Respecto a la obra a mostrarse en Barcelona, el poeta catalán Ramon Dachs comenta: “podría decirse que Montes practica un arte del yo. Lo que las letras más recientes consideramos autoficción, ese terreno borroso en el que la realidad se rebasa a sí misma sin renunciar a su ser real.
Un terreno en el que Proust se anticipó con brillantez. Helo pues: aquí, así, nos late el arte de Lorena Montes y digo que nos late porque se rebasa a sí mismo y, explorándose nos explora, y acabamos, cadauno, latiendo con su corazón en Oaxaca. Porque descubriéndose ella nos descubre”.
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La oaxaqueña, graduada del Taller Rufino Tamayo, ha sido alumna de Antonio Pérez Ñiko, Hiiro Yoshida, Fernando Bellver, Francisco Castro Leñero, entre otros, pero quizá la mayor influencia estética y en el oficio sobre Montes, sea la de Juan Alcázar.
A través de la numerosa obra de Lorena Montes, óleos, acrílicos, escultura, mixtas, grabados con distintas técnicas, se pueden apreciar los colores azules y ocres característicos en la paleta de la primera generación del Taller Rufino Tamayo: Maximino Javier, Justina Fuentes, Filemón Santiago, Felipe Morales, Eddie Martínez, Arnulfo Mendoza y el propio Alcázar.
La imaginería en la obra de Montes gira entorno a la belleza femenina autóctona oaxaqueña, a escenarios idílicos en los que se mezclan las formas animales con las humanas. Un erotismo recorre la obra de esta pintora.
Respecto a la obra a mostrarse en Barcelona, el poeta catalán Ramon Dachs comenta: “podría decirse que Montes practica un arte del yo. Lo que las letras más recientes consideramos autoficción, ese terreno borroso en el que la realidad se rebasa a sí misma sin renunciar a su ser real.
Un terreno en el que Proust se anticipó con brillantez. Helo pues: aquí, así, nos late el arte de Lorena Montes y digo que nos late porque se rebasa a sí mismo y, explorándose nos explora, y acabamos, cadauno, latiendo con su corazón en Oaxaca. Porque descubriéndose ella nos descubre”.
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