google-site-verification: googleea6bb382a071c67e.html AME - Associació de Mexicans d'Esparreguera i voltants: Juan Francisco Sicilia
Mostrando entradas con la etiqueta Juan Francisco Sicilia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Juan Francisco Sicilia. Mostrar todas las entradas

lunes, 25 de abril de 2011

La Noticia del Día...

.


Juan Francisco Sicilia y seis amigos fueron asesinados en plena calle.
Su padre, un conocido escritor, ha acampado en el Zócalo de Cuernavaca para exigir Justicia

Un poeta contra el narco mexicano
El poeta mexicano Javier Sicilia no volverá a escribir. Se acabó la inspiración. Alguien asesinó a su hijo Juan Francisco, de 24 años. «Y con él lo perdí todo», admite, abatido, vía telefónica. La Policía apunta a las mafias del narcotráfico.






Publicado en La Razón.es
Domingo 24 Abril 2011 - Lydia Jiménez

A Juanelo, como le llamaban en familia, le mataron en plena calle junto a seis amigos, entre ellos una chica. Nadie sobrevivió. Ocurrió el 28 de marzo en el municipio de Temixcos, muy cerca de la tranquila ciudad de Cuernavaca, en el estado de Morelos, a unos 100 kilómetros (sur) del Distrito Federal.

Desde entonces, el escritor, que debido a su notoriedad pública recibió apoyo espontáneo de miles de mexicanos, comenzó el calvario que ya emprendieron otros: exigir justicia en un país donde 35.000 personas han perdido la vida violentamente en los últimos cuatro años y donde 5.000 siguen desaparecidos. Datos increíbles, pero reconocidos por el Gobierno.

Un estudio del Instituto Tecnológico de Monterrey reveló además, en 2010, que más del 90% de los crímenes quedan impunes y que sólo se denuncia un 20% de los casos.

«Es una emergencia nacional», proclama Sicilia desde el Zócalo de Cuernavaca, donde se instaló durante más de dos semanas para exigir un definitivo Basta Ya. Más y más gente se acercaba cada día a ofrecerle sus condolencias y unirse a su lucha. «Mi hijo, para desgracia mía y de la nación, ha despertado el sentimiento de desesperación de la sociedad y se ha convertido en un símbolo. Su nombre es el nombre de todos», cuenta con voz grave, a ratos rota.

Mientras tanto, las desgracias se suceden. No son sólo homicidios, secuestros, torturas, robos y asaltos diarios, corrupciones en la mayoría de los estamentos políticos, judiciales y sociales... Los formatos de la violencia son cada vez más grotescos. La fosa común descubierta en San Fernando, en el estado de Tamaulipas, frontera con EE UU, suma ya 116 cadáveres. Y hay más.
La Policía sospecha de los Zetas. Se han encontrado cementerios improvisados en Coahuila, Sinaloa, Guerrero, Baja California, Nuevo León, Jalisco, Zacatecas... «Ya no se puede aguantar más. Se acabó. O nos unimos contra la violencia o la pesadilla no terminará», clama el escritor.
Su hijo Juan Francisco, graduado en Administración de empresas, trabajaba en un hospital de cardiología, en Cuernavaca. «Teníamos gustos diferentes pero su corazón era enorme, no lo puedes imaginar», cuenta orgulloso el padre. Sobre los motivos que pudieron llevar a su muerte y la de sus amigos, Sicilia sólo acierta a hablar de «barbarie», de violencia atroz que se lleva a todos por delante. Entre los sospechosos figuran antiguos policías y exmilitares que se sumaron al crimen organizado. Están fichados, pero por el momento sólo ha habido un detenido.

La vida de Javier Sicilia corre peligro. Y él lo sabe. Está en el punto de mira. La protección policial que recibe, visto lo visto, no es muy fiable. Pero ha decidido no rendirse y dar voz a miles de silencios anónimos. El temor a represalias no es sólo del poeta. Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la asociación «Alto al Secuestro», le ha pedido que abandone : «Maestro Sicilia, el Estado tampoco nos puede garantizar que a usted no lo traten de callar.
Se lo digo por experiencia propia, por lo que a fin de no exponer su vida, le pido no efectúe el plantón [protesta], busquemos otras acciones..., pero no más a costa de otra vida». Sicilia se muestra dispuesto a escuchar a los narcos. «No se han pronunciado, quiero que me expliquen si van a dejar este comportamiento... Que digan algo».


Política de guerra

El caso de Juanelo llegó, incluso, al presidente de la República, Felipe Calderón, que se reunió con Sicilia. «Me dijo que, en las condiciones en que estaba el país, no iba a hacer un alto a su política de guerra. Lo que no dejo ni dejaré de lamentar». El escritor insiste en que debería replantearse una nueva estrategia de seguridad con la participación de todos los actores implicados (gobiernos, partidos, empresarios, sindicatos, ciudadanía).

Sobre el tráfico de drogas, una de las causas de la catástrofe mexicana, el poeta apuesta por una solución que a otros escandaliza: «La legalización podría ayudar a solucionar el problema». La raíz del mal, como ya ha apuntado en multitud de ensayos, es, bajo su criterio, el ansia capitalista, el egoísmo desmedido, la ausencia de virtud.

La repercusión del caso ha provocado ya varias dimisiones, como la del jefe de Policía de Morelos, Gastón Menchaca Arias. Sicilia lo tildó de puro «maquillaje». Después han llegado otras, pero él no cesa en sus críticas. Y tira a dar: «Los partidos políticos tienen gravísimas omisiones frente al crimen organizado. Esas omisiones han sido la moneda de cambio para acomodarse aquí y allá, erosionando las instituciones e hiriendo a la nación».

Este admirador literario de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, autor de artículos periodísticos y guiones de cine, habla de que «se nos ha podrido el corazón» y reivindica, como armas, la humildad y la imaginación: «Necesitamos más humildad. Tenemos que echar a un lado intereses personales. Sólo tenemos imaginación para la violencia». A veces utiliza otros registros para despertar conciencias. «Estamos hasta la madre [hartos]», escribía en una de sus cartas destinadas a los ciudadanos. Aunque critica la guerra contra el narco avivada por el presidente (sobre todo fuera de México), tampoco le culpa de todo. «Calderón se equivocó con la táctica pero la basura ya llenaba las alcantarillas de este país».


El Holocausto mexicano

Sicilia es lo que algunos llaman «Padre-coraje». Él prefiere erigirse como «una voz». Se han celebrado manifestaciones en decenas de municipios mexicanos, en embajadas de varios países, entre ellos España, y ha recibido mensajes, vía internet, de miles de personas. Sicilia ha convocado a «toda la nación» para que acuda el 8 de mayo al Zócalo de México D.F.

En un discurso hizo un llamamiento al país: «Vamos a caminar en silencio para detener la violencia, para decirles que aún estamos a tiempo de rehacernos... Vamos a ir al zócalo de la Ciudad de México para exigir al presidente de la República, al Congreso de la Unión, a los partidos políticos, a sus líderes, a los empresarios, a los líderes sindicales, a las Iglesias y a sus jerarquías, que asuman su responsabilidad». A la causa de Sicilia se han sumado, entre otros, Isabel Miranda de Wallace, el empresario Alejandro Martí, que perdió a su hijo de 14 años tras un secuestro, familiares de los niños fallecidos en la guardería ABC o de jóvenes masacrados en Villas de Salvárcar y el subcomandante Marcos.

Sicilia reclamó que «en cada plaza del país debe haber una memoria de nuestro propio Holocausto». Las personas que le rodean, mientras tanto, dicen sentirse asustadas. En el recuerdo de todos sobrevuela el nombre de Marisela Escobedo, la madre asesinada hace tres meses tras dos años de lucha incansable por hacer justicia a su hija. Las cámaras de televisión captaron el momento en el que le disparaban. El caso conmocionó México. La gente salió a la calle, indignada, hubo cientos de manifestaciones pero el monstruo del crimen siguió avanzando. «Pues claro que tengo miedo –acaba reconociendo Sicilia–, pero si me callo habremos reconocido que la dignidad de este país también está muerta».


El caso de marisela Escobedo

Tras el asesinato de su hija Rubi, de 16 años, en agosto de 2008, Marisela Escobedo fue en busca del supuesto ejecutor. El ex novio de la menor reconoció el crimen y señaló a la Policía el lugar al que había arrojado el cadáver. En abril de 2010, tras un juicio cuando menos dudoso, el presunto asesino era puesto en libertad. La sentencia absolutoria causó gran indignación ciudadana y ante la presión social, el entonces gobernador Reyes Baeza ordenó la creación de una Comisión Interinstitucional para el seguimiento del caso.

Un mes después el Tribunal de Casación anulaba la sentencia absolutoria y condenaba al detenido a 50 años de prisión. Pero nadie fue a buscarlo. Una entre mil irregularidades. La madre intentó hablar con el presidente de la República pero no lo consiguió. Desesperada y bajo amenazas, acampó frente al Palacio de Justicia de Chihuaha. La cámaras de seguridad grabaron cómo un hombre le pegaba un tiro en la cabeza. Muerta. 27 meses de protesta terminaron en 20 segundos.



.

martes, 5 de abril de 2011

Próximo miércoles:

.


Barcelona se suma a la
“MARCHA NACIONAL”
contra la violencia en México

Convocada por Javier Sicilia





Ofrece Javier Sicilia rueda de prensa tras homicidio de su hijo

(Redacción AME) Como consecuencia de la rueda de prensa celebrada el pasado jueves 31 de marzo del 2011 celebrada en Cuernavaca por el poeta mexicano Javier Sicilia, en que convocaría una Marcha Nacional de hombres y mujeres de buena voluntad para el próximo día 06 de abril a las 5 de la tarde contra la violencia que vive nuestro bien amado México, la ciudad de Barcelona se ha sumado a esta singular iniciativa.

El poeta Javier Sicilia, que también perdió por muerte violenta recientemente su hijo Juan Francisco publicaría también una carta abierta a políticos y criminales que reproducimos a continuación.

Este sentimiento de dolor y también esperanza de haber todavía una posibilidad de reconducir la actual situación de México, ha levantado un oleaje de solidaridad que ya ha cruzado las fronteras del país.

Diversas ciudades de México celebraran concentraciones con este motivo este miércoles [Oaxaca lo hace el martes) y cada vez llegan noticias de mas ciudades del extranjero que se suman a esta iniciativa.

Barcelona, la capital política y económica de Cataluña no se podía mantener al margen de este deseo colectivo de conseguir terminar con las muertes violentas, y ver establecerse la Paz y la prosperidad para todos los mexicanos y mexicanas de hoy, y del futuro.

La céntrica plaça de Sant Jaume, -que alberga el Palacio Municipal de Barcelona y también el gobierno de la Generalitat de Catalunya- será el lugar escogido para la concentración este miércoles día 06 de abril del 2011, de 17:00 a 20:00.



CARTA ABIERTA A POLÍTICOS Y CRIMINALES
Carta publicada en la edición 1976 de la Revista Proceso:

MÉXICO, DF., 3 de abril (Proceso).- El brutal asesinato de mi hijo Juan Francisco, de Julio César Romero Jaime, de Luis Antonio Romero Jaime y de Gabriel Anejo Escalera, se suma a los de tantos otros muchachos y muchachas que han sido igualmente asesinados a lo largo y ancho del país a causa no sólo de la guerra desatada por el gobierno de Calderón contra el crimen organizado, sino del pudrimiento del corazón que se ha apoderado de la mal llamada clase política y de la clase criminal, que ha roto sus códigos de honor.

No quiero, en esta carta, hablarles de las virtudes de mi hijo, que eran inmensas, ni de las de los otros muchachos que vi florecer a su lado, estudiando, jugando, amando, creciendo, para servir, como tantos otros muchachos, a este país que ustedes han desgarrado. Hablar de ello no serviría más que para conmover lo que ya de por sí conmueve el corazón de la ciudadanía hasta la indignación. No quiero tampoco hablar del dolor de mi familia y de la familia de cada uno de los muchachos destruidos. Para ese dolor no hay palabras –sólo la poesía puede acercarse un poco a él, y ustedes no saben de poesía–. Lo que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre porque es fruto de lo que no pertenece a la naturaleza –la muerte de un hijo es siempre antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada–, desde esas vidas mutiladas, repito, desde ese sufrimiento, desde la indignación que esas muertes han provocado, es simplemente que estamos hasta la madre.

Estamos hasta la madre de ustedes, políticos –y cuando digo políticos no me refiero a ninguno en particular, sino a una buena parte de ustedes, incluyendo a quienes componen los partidos–, porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación, porque en medio de esta guerra mal planteada, mal hecha, mal dirigida, de esta guerra que ha puesto al país en estado de emergencia, han sido incapaces –a causa de sus mezquindades, de sus pugnas, de su miserable grilla, de su lucha por el poder– de crear los consensos que la nación necesita para encontrar la unidad sin la cual este país no tendrá salida; estamos hasta la madre, porque la corrupción de las instituciones judiciales genera la complicidad con el crimen y la impunidad para cometerlo; porque, en medio de esa corrupción que muestra el fracaso del Estado, cada ciudadano de este país ha sido reducido a lo que el filósofo Giorgio Agamben llamó, con palabra griega, zoe: la vida no protegida, la vida de un animal, de un ser que puede ser violentado, secuestrado, vejado y asesinado impunemente; estamos hasta la madre porque sólo tienen imaginación para la violencia, para las armas, para el insulto y, con ello, un profundo desprecio por la educación, la cultura y las oportunidades de trabajo honrado y bueno, que es lo que hace a las buenas naciones; estamos hasta la madre porque esa corta imaginación está permitiendo que nuestros muchachos, nuestros hijos, no sólo sean asesinados sino, después, criminalizados, vueltos falsamente culpables para satisfacer el ánimo de esa imaginación; estamos hasta la madre porque otra parte de nuestros muchachos, a causa de la ausencia de un buen plan de gobierno, no tienen oportunidades para educarse, para encontrar un trabajo digno y, arrojados a las periferias, son posibles reclutas para el crimen organizado y la violencia; estamos hasta la madre porque a causa de todo ello la ciudadanía ha perdido confianza en sus gobernantes, en sus policías, en su Ejército, y tiene miedo y dolor; estamos hasta la madre porque lo único que les importa, además de un poder impotente que sólo sirve para administrar la desgracia, es el dinero, el fomento de la competencia, de su pinche “competitividad” y del consumo desmesurado, que son otros nombres de la violencia.

De ustedes, criminales, estamos hasta la madre, de su violencia, de su pérdida de honorabilidad, de su crueldad, de su sinsentido.

Antiguamente ustedes tenían códigos de honor. No eran tan crueles en sus ajustes de cuentas y no tocaban ni a los ciudadanos ni a sus familias. Ahora ya no distinguen. Su violencia ya no puede ser nombrada porque ni siquiera, como el dolor y el sufrimiento que provocan, tiene un nombre y un sentido. Han perdido incluso la dignidad para matar. Se han vuelto cobardes como los miserables Sonderkommandos nazis que asesinaban sin ningún sentido de lo humano a niños, muchachos, muchachas, mujeres, hombres y ancianos, es decir, inocentes. Estamos hasta la madre porque su violencia se ha vuelto infrahumana, no animal –los animales no hacen lo que ustedes hacen–, sino subhumana, demoniaca, imbécil. Estamos hasta la madre porque en su afán de poder y de enriquecimiento humillan a nuestros hijos y los destrozan y producen miedo y espanto.

Ustedes, “señores” políticos, y ustedes, “señores” criminales –lo entrecomillo porque ese epíteto se otorga sólo a la gente honorable–, están con sus omisiones, sus pleitos y sus actos envileciendo a la nación. La muerte de mi hijo Juan Francisco ha levantado la solidaridad y el grito de indignación –que mi familia y yo agradecemos desde el fondo de nuestros corazones– de la ciudadanía y de los medios. Esa indignación vuelve de nuevo a poner ante nuestros oídos esa acertadísima frase que Martí dirigió a los gobernantes: “Si no pueden, renuncien”. Al volverla a poner ante nuestros oídos –después de los miles de cadáveres anónimos y no anónimos que llevamos a nuestras espaldas, es decir, de tantos inocentes asesinados y envilecidos–, esa frase debe ir acompañada de grandes movilizaciones ciudadanas que los obliguen, en estos momentos de emergencia nacional, a unirse para crear una agenda que unifique a la nación y cree un estado de gobernabilidad real. Las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una marcha nacional el miércoles 6 de abril que saldrá a las 5:00 PM del monumento de la Paloma de la Paz para llegar hasta el Palacio de Gobierno, exigiendo justicia y paz. Si los ciudadanos no nos unimos a ella y la reproducimos constantemente en todas las ciudades, en todos los municipios o delegaciones del país, si no somos capaces de eso para obligarlos a ustedes, “señores” políticos, a gobernar con justicia y dignidad, y a ustedes, “señores” criminales, a retornar a sus códigos de honor y a limitar su salvajismo, la espiral de violencia que han generando nos llevará a un camino de horror sin retorno. Si ustedes, “señores” políticos, no gobiernan bien y no toman en serio que vivimos un estado de emergencia nacional que requiere su unidad, y ustedes, “señores” criminales, no limitan sus acciones, terminarán por triunfar y tener el poder, pero gobernarán o reinarán sobre un montón de osarios y de seres amedrentados y destruidos en su alma. Un sueño que ninguno de nosotros les envidia.

No hay vida, escribía Albert Camus, sin persuasión y sin paz, y la historia del México de hoy sólo conoce la intimidación, el sufrimiento, la desconfianza y el temor de que un día otro hijo o hija de alguna otra familia sea envilecido y masacrado, sólo conoce que lo que ustedes nos piden es que la muerte, como ya está sucediendo hoy, se convierta en un asunto de estadística y de administración al que todos debemos acostumbrarnos.

Porque no queremos eso, el próximo miércoles saldremos a la calle; porque no queremos un muchacho más, un hijo nuestro, asesinado, las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una unidad nacional ciudadana que debemos mantener viva para romper el miedo y el aislamiento que la incapacidad de ustedes, “señores” políticos, y la crueldad de ustedes, “señores” criminales, nos quieren meter en el cuerpo y en el alma.

Recuerdo, en este sentido, unos versos de Bertolt Brecht cuando el horror del nazismo, es decir, el horror de la instalación del crimen en la vida cotidiana de una nación, se anunciaba: “Un día vinieron por los negros y no dije nada; otro día vinieron por los judíos y no dije nada; un día llegaron por mí (o por un hijo mío) y no tuve nada que decir”. Hoy, después de tantos crímenes soportados, cuando el cuerpo destrozado de mi hijo y de sus amigos ha hecho movilizarse de nuevo a la ciudadanía y a los medios, debemos hablar con nuestros cuerpos, con nuestro caminar, con nuestro grito de indignación para que los versos de Brecht no se hagan una realidad en nuestro país.

Además opino que hay que devolverle la dignidad a esta nación.



En la redacción de AME-Associació de Mexicans d'Esparreguera i voltants hemos recibido confiermación de Marchas que se celebrarán mañana día 6 en los siguientes lugares:


EN MÉXICO

Aguascalientes
Cancún
Chihuahua
Ciudad de México
Ciudad Juárez
Cohauila y Durango
Cuernavaca
Guadalajara
Guanajuato
Manzanillo
Mérida
Monterrey
Oaxaca
Puebla
Querétaro
Reynosa
Saltillo
San Luis Potosí
Tlaxcala
Toluca
Xalapa

EN EL EXTRANJERO

Barcelona
Buenos Aires
Lima
Paris




.