en la plaza de Santa Maria del Vilar de
Castellbell i el Vilar, de Barcelona
este domingo 27 de abril
Si el sábado 26 de abril de 2014 se iniciaría la llamada “Velación” en la Ermita de Santa Maria del Vilar (Castellbell i el Vilar, Barcelona) a partir de las 20:00 horas, donde siguiendo los rituales tradicionales se recibieron ofrendas por las mujeres sahumadoras mientras se cantan alabanzas hasta las once del día del 27 de abril, seria en este mismo enclave, si bien en el exterior, en la plaza continua donde se realizaría la segunda parte.
Tras la llamada “velación”, que representa la energía de la noche, el jaguar, la madre tierra, el principio femenino.
En esta ceremonia el danzante se purifica, se prepara a través del canto y alabanzas, el toque de instrumentos como la concha, el caracol, la sonaja, la chirimía, la elaboración y la presentación de ofrendas, los bastones y custodias, cubiertas de flor, para renacer al nuevo día purificado y limpio espiritualmente y así presentarse ante la vibración solar; tendría lugar a partir de las 11:00 de la mañana las danzas tradicionales Concheras.
Se pudo observar la formación del círculo, el saludo de la comunidad a los cuatro vientos, a las seis direcciones del universo, lo que permite al conchero integrarse al ritmo de la vida del planeta y del cosmos.
El centro del círculo de danza es considerado un lugar sagrado y es ahí donde se coloca al sahumador, la braza sagrada con sus aromáticas esencias y las ofrendas que se portan. Ahí se marca el eje de energía, que reverbera en círculos concéntricos permitiendo que todo el grupo se transforme en una unidad.
Cada danza posee ciertas cualidades como ya señalarías en un arterior articulo publicado. Los movimientos están relacionados con cuentas matemáticas, la “geometría sagrada”.
Con los pies se está haciendo un llamado a la madre tierra, se le saluda, con los brazos se realiza una conexión con el cosmos y así cada movimiento tiene la idea de sanar, armonizar, crear salud y abundancia.
Finalmente, al levantar los brazos se señala un desprendimiento del espíritu hacia Dios.
Unas danzas que sorprendieron sin duda al publico de Castellbell i el Vilar.